Dios es como una madre amorosa. Si no fuera así, de ¿Dónde tomarían las madres su amor? Dios se define a sí mismo como ´´Clemente y compasivo, paciente, lleno de amor y fiel (Exodo34, 6). Es un amor totalmente gratuito que evoca el regazo, materno y no requiere méritos de parte del padre del ser amado porque nace del mismo Dios.
El amor es nuestra energía más poderosa, y el amor de una madre es el más fuerte y tenaz. Aunque la Biblia se refiere a Dios como Padre, las cualidades de su amor son de índole de una madre. La raíz hebrea de la palabra compasión significa ´´matriz´´ o ´´útero´´ , y la ternura, paciencia, comprensión y disposición de Dios al perdón hablan más del corazón de una madre que el de un padre. Ver ´´Dios es misericordia´´, 2Corintios 6,3-11.
Como Dios es todo amor y es manantial de amor, su manera de amar no admite comparación. Nuestra experiencia del amor, sea femenina o masculina, siempre es reflejo imperfecto de la hoguera incandescente del amor de Dios, a quien Juan define diciendo:
´´Dios es amor´´ (1jn4, 8). En esta breve definición cristalizada todos los esfuerzos de la humanidad por definir a Dios.
Así mismo dice el (Salmo 144,8-9), el Señor es clemente y compasivo, paciente y rico en amor. El Señor es bondadoso con todos, a todas sus obras se extiende su ternura, así mismo es el amor de una madre que ama, no pone condiciones, solo sabe que ama, no importa los problemas o las dificultades de sus hijos lo ama así como son.
Solo Dios y una madre comprenden lo que es sufrir por el amor. Dios pregunta al profeta Elías dos veces ¿Qué haces aquí, Elías? Y dos veces responde: sufro por amor al Señor. Pocas veces pensamos que el gozo y el sufrimiento son dos ingredientes del amor que puede darse al mismo tiempo. Cuando sufra por amor entonces entenderá lo del profeta Elías.